El jueves 21/5, luego de orden verbal e iniciativa de la Rectora de la Universidad Panteio hacia la Dirección de Informática, el servidor de espiv.net quedó fuera de funcionamiento. El motivo fue una denuncia por violación de derechos intelectuales. Concretamente, esta denuncia se refería a los títulos de dos libros los cuales estaban subidos en formato .pdf en uno de los cientos de blogs que hospeda el servidor.
Desde el primer momento, como colectivo de administración de espiv, intentamos comunicarnos con la rectora para encontrar una solución considerando la existencia y el acceso al contenido de los blogs lo antes posible, es nuestra prioridad.
El servidor, en el cual se aloja 850 blogs -la mayoría de los cuales constituyen medio electrónico básico de expresión de colectivos políticos, asambleas barriales, y asociaciones de trabajadores- se encuentra en la Universidad Panteio desde el comienzo de la iniciativa en el 2008 hasta hoy, una universidad pública en Atenas, Grecia.
Nuestros repetidos intentos de comunicarnos y tener una respuesta clara del rectorado cayeron en saco roto. Tendría que ser cualquier/a muy crédulo o muy ingenuo para suponer que todo esto se debe a un aumento de de los deberes u obligaciones académicas. Por otro lado, la orden para el cierre del servidor se expidió asombrosamente rápido.
El jueves 28/5, una semana después, recibimos una comunicación telegráfica que la Rectora derivará el tema al próxima reunión del Consejo Académico del Panteio, con fecha aún desconocida. Objetivo evidente, la legalización de la represión sobre la iniciativa tras las cerradas puertas electrónicas de una teleconferencia.
Se nota que con las universidades cerradas, y luego de dos meses de “lockdown” las condiciones se estimaron favorables para agregar otra infraestructura ligada a movimientos sociales al largo catálogo de okupaciones y proyectos que han sido objeto de desalojos y mano dura últimamente. Elección que extiende la represión al ámbito del internet, imponiendo la normalización de las redes sociales (social media), de la intriga y la delación digital, del registro y la vigilancia de cada información que circule por la red, mostrando una vez mas que el rol de policía, puede jugarlo perfectamente cualquier rector y empleado estatal.
La opción de suprimir una infraestructura que se apoya en y constituye lugar de expresión en la red para decenas de colectivos del movimiento antagonista, no puede sino encontrarnos enfrentándolos. Dirigimos el llamado a iniciativas, acciones de contrainformación y solidaridad por parte de los grupos y colectivos que se hospedan en espiv, en contra de la represión de otra estructura mas de los movimientos sociales.
NINGÚN AMORDAZAMIENTO POLÍTICO SIN RESPUESTA!
NI UN PASO ATRÁS!