Control sanitario: desde la historia clínica electrónica, hasta el tatuaje quántico de Bill Gates.

Hubo un momento histórico en que la medicina dejó de ser un servicio exclusivo de las elites, hasta este momento los médicos no trataban a la gente común, esta se curaba mediante herbolarias, curanderos y barberos… la generalización de la atención médica coincide con la aparición de los hospitales (entendidos en el sentido más o menos actual), de los centros de acumulación de personas enfermas, desposeídas y marginadas (en los hospitales además de enfermos, se “acogían”, huérfanos, locos, mujeres de la calle, ancianos, leprosos…), los hospitales tenían un fuerte carácter carcelario y estaban vinculados generalmente a la iglesia, sin embargo pronto los encontramos cogestionados con los municipios, el estigma carcelario duró hasta bien entrado el siglo XX y todavía se conservan rasgos.


Es en este momento en que empieza a desarrollarse el concepto de “salud pública” como una función de gobernante, ya no está ligada a la enfermedad y abarca a toda la población. El hospital se segrega en diversas instituciones , es curioso que al fundarse el hospital de la santa Cruz y San Pablo de Barcelon

a en 1401 se hizo fusionando 6 hospitales menores, y a lo largo de los siglos XVII y XIX se van segregando casas de caridad y manicomios.
Con la tecnificación e “industrialización” de la medicina cada vez se da más importancia a los datos y a la información genérica e histórica, se desarrolla el historial clínico de las personas tratadas (la historia oficial hace aparecer el historial hace más de 4.000 años en China y Egipto, pero no eran un recolección masiva de datos). Los historiales escritos en papel y dispersos entre instituciones, médicos de cabecera, especialistas… y, a menudo, en manos de los afectados, eran dispersos y no servían para el objetivo de la “salud publica”…
Así llegamos a la culminación del sueño de todo “gestor sanitario”, la digitalización de la sanidad y la aparición del Historial Clínico Electrónico, una base de datos que abarca a toda la población, con datos que van desde el nacimiento a la muerte y que se mantiene más allá.
Una base de datos unificada y interoperativa con otros territorios, en estos momentos todas las comunidades

autónomas del Estado Español tienen el suyo, y el estado tienen uno que los interconecta a todos, la “Historia Clínica Digital del Sistema Nacional de Salud” (HCDSNS).
En Cataluña hay implantado el sistema “Historia Clínica Compartida de Catalunya” (HC3) mediante el que cualquier persona con el nivel necesario puede acceder al historial medico de cualquier usuario del sistema

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el HC3 contiene millones de datos recogidos en los hospitales del sistema público, los sociosanitarios, los CAP, los CUAP, los centros de salud mental, los de rehabilitación, los de diálisis y, pronto, los de los Servicios sociales. Del HC3 se obtienen los datos que gestiona el AQuAS (Agència de Qualitat i Avaluació sanitària) y que el gobierno de Artur Mas, con Boi Ruiz de consejero, querían privatizar totalmente, bajo el nombre de VISC+ (vivo más!).
Actualmente estos sistemas están implantados prácticamente en todo el estado y abarcan a toda la población.
Según la sociedad Española de Informática Sanitaria (www.seis.es) en 2019 habían 308 centros de procesamiento de datos sanitarios, con un coste de 390 millones de euros (1.545 millones acumulados 2016/2019) y un total de 52,5 millones de historias clínicas.

Estas historias generaron (sólo en imágenes de diagnóstico, como radiografías, tomografías, endoscopias…) 3,5 millones de gigabits en el 2019 y desde 2016 hasta 2019 se han generado 9,0 millones, o sea 171 megabits de imágenes de diagnóstico por cada historial.

Cada vez hay más pruebas que se irán incorporando al historial, las determinaciones genéticas, cada vez más extendidas, convertirán las bases de datos del historial clínico en el banco de datos genéticos más grande de cada país (https://negreverd.blogspot.com/2017/02/jornada-previa-lanti-mobile-world ).

 

El tema de la identidad en el sistema de salud.

 

Para el sistema de gestión sanitaria es muy importante fijar la identidad de los usuarios (y no usuarios), tanto contra un posible uso fraudulento, como por motivos estratégicos y funcionales del sistema.
A pesar del gran número de sistemas de identificación de los que disponemos, DNI, Pasaporte, documento de residencia… se incorporó un nuevo documento: la tarjeta sanitaria.
Las tarjetas sanitarias en España, debido a la descentralización, tienen un pequeño lio de códigos, el CIP (Código de Identificación Personal) del Sistema Nacional de Salud, CIP de la autonomía, CITE del emisor y, a veces, el DNI.

Aunque la tendencia es de ir incluyendo un chip sin contacto (el caso de Andalucía, Baleares i Extremadura) todavía no está generalizado, lo que si tienen la mayoría es una banda magnética y un código de barras.
Hay una confluencia entre identificación y teléfono móvil, pero de momento la tarjeta sanitaria sólo se puede instalar en el móvil en la comunidad de Madrid, también en la mayoría de seguros privados y la tarjeta sanitaria europea.
En el caso de los países desarrollados” la cobertura de la identidad “estatal” es casi total, pero en el mundo hay más de 1.000 millones de personas sin “identidad estatal”, 1.000 millones fuera de los radares institucionales.

A pesar que el teléfono móvil está implantado en todo el mundo y que en África es muy utilizado para temas financieros (muchos de estos usuarios inidentificados) son sistemas demasiado descentralizados, por esto los gestores sanitarios buscan la manera de hacerlos parcialmente visibles, no para proporcionarles servicios, sino para controlarlos.
En el marco de los 1.000 millones de no identificados y de muchos millones más parcialmente identificados nace la idea del tatuaje cuántico, con la financiación de la inevitable Fundación de Bill Gates.

 

El tatuaje cuántico:

No se trata, como se ha dicho, de un chip inyectado con la vacuna, es más bien un código de barras invisible bajo una luz normal, legible desde un dispositivo que detecte la radiación infrarroja.
El tatuaje se basa en los DOT’s o puntos cuánticos (https://en.wikipedia.org/wiki/Quantum_dot ), los DOT’s son nanomateriales de unos pocos nanómetros, con carácter semiconductor e inorgánicos, con propiedades muy especiales relacionadas con la transmisión de la luz, al ser iluminados reemiten una parte en una longitud de onda determinada.

Se usan en electrónica, en biomedicina y aplicaciones diversas (energía fotovoltaica, seguridad, leds…).
Un equipo del Massachusetts Institute of Technology (MIT), con financiación de la fundación de Bill Gates (Bill & Melinda Gates Foundation, BMGF), ha explotado la idea del tatuaje cuántico para codificar información debajo de la piel.
La idea consiste en utilizar un parche con unas microagujas (escala milimétrica 1,5×0,3) que inyecten los DOT’s bajo la piel (artículo original https://2019.biomaterials.org/sites/default/files/abstracts/210.pdf ), las agujas introducen los DOT al descomponerse. Los DOT usados eran coloidales, de 4nm y un núcleo de cobre (muchos DOT suelen ser de Cd que es tóxico) y con un pico de emisión de 886nm en el infrarrojo cercano.

La prueba se realizo sobre ratas vivas, piel de cerdo y piel de cadáveres humanos (de diferentes tonalidades!!), la imagen formada por los quantum DOTs fue detectable durante los 9 meses que duró el ensayo aunque se fue atenuando, y resistió la exposición a la radiación solar (simulada) equivalente a 5 años.
También se hizo la prueba de inocular simultáneamente en el mismo parche, una vacuna de la polio (antipoliomielítica inactivada Salk tipo 2) y las ratas desarrollaron la inmunidad esperada.
En los 120 puntos del parche se han de codificar el tipo de vacuna, la fecha, el fabricante y el lote, (https://physicsworld.com/a/invisible-dye-embeds-vaccination-records-on-s/ ), no se pueden reprogramar y añadir nueva información, y se tendrían que ir aplicando tatuajes a lo largo del calendario de vacunación sin interferir con los otros tatuajes. Por ejemplo el calendario vacunal de Cataluña contempla hasta los 6 años (más o menos la vida esperada del tatuaje), 15 aplicaciones, el cuerpo de las criaturas quedaría como un mosaico de señales en infrarrojo.

Todavía faltan pasos para hacer realidad el tatuaje, ver posibles toxicidades a largo plazo, las pruebas clínicas (todos ellos estudios que se pueden acelerar), los investigadores del MIT dicen que en 2 años se podrá a comenzar la aplicación.
Actualmente el equipo investigador busca nuevas aplicaciones de la “tecnología invisible” para almacenar información de una manera “descentralizada.
Seremos en un futuro “mosaicos informativos”, transparentes al examen bajo la luz infrarroja??

 

negreverd.blackblogs.org