Los microprocesadores son cada vez más rápidos, más potentes y más pequeños, rápidamente nos vamos acercando a los límites físicos de la “ley de Moore”. La “ley de Moore”, más o menos dice que cada 2 años se multiplica por dos el número de transistores en un microchip.
Esto se ha ido cumpliendo más o menos hasta el momento, pero nos estamos acercando al límite, recientemente los laboratorios de IBM y con la colaboración de diversas empresas y universidades han desarrollado un chip funcional con tecnología de 7 nanómetros.
Hay que tener en cuenta que los chips más usuales en estos momentos son los de 42nm y en algunos casos los de 12nm, el chip de 7nm puede soportar ya por encima de los 10.000 millones de transistores en una superficie de menos de 2cm2.
El primer microprocesador desarrollado por INTEL en 1971 trabajaba a una escala de 70.000 nm y tenía “solo” 2.300 transistores.Al mismo tiempo los costes han caído dramáticamente desde 150$ cada 100 transistores a menos de 0.0003$.
Las consecuencias de todo este “progreso” son procesadores baratos, que consumen menos energía y son más pequeños, tan baratos y pequeños que se pueden implementar unidos a todo tipo de sensores en todo tipo de objeto, esto nos lleva a la computación ubicua, al internet de las cosas, donde no es ya que nuestra vida sea transparente al control, sino que será registrada hasta en sus más pequeños aspectos.
*Agosto del 2015 – Colectivo Moai*