Cambio climático: La geoingeniería NO es la solución, es parte del problema

Más parte de la solución sería el fin de la Producción y su lógica.

Algo que debemos ya re-conocer, y es una verdad que nisiquiera muchxs ecologistas desean aceptar: El capitalismo no es el último ni el único amenaza para el planeta, llámese ecocidio o cambio climático. Lo es también la industria en sí, autogestionada o capitalista. Lo es también la Producción y su lógica: sea industrial, local, “sostenible” (eso en realidad no existe, pero lo nombran para engañarnos y perpetuar a la industria) o artesanal.

Pero es algo que aún tardarán en asimilar hasta que les afecte sus ciudades “inteligentes” (smart city), o cuando ya lo que llaman recurso naturales (elementos de la tierra) empiezen a escasear y se hagan mucho más notorias (más de la que ya son ahorita) los desalojos, envenamientos de tierras aguas y aires, derrames de petróleos y lxs nativxs se cansen de imitar las lógicas reformistas de tomar los pozos de petróleo pa que les reparen los daños y en cambio radicalizarán sus acciones a la par de su demanda de vida o muerte, es decir el fin de las actividades extractivistas en los territorios donde habitan y en zonas aledañas. Mandando a la xuxa a todx reformista que les diga que ese no es el objetivo y demás sandeces de buenx ciudadanx y su  repetido canto de apelar al vomitivo Convenio 169 de la OIT que solo pone parches pa que el extractivismo siga en pié. Nuestra autonomías no entenderán ya de Convenios estatales, interestatales, privados, ciudadanos,…

Es entonces que ante la arremetida de las smart city, la internet de las cosas, la virtualización… y demás nocividades; Se aumentará exponencialmente el uso de la electricidad y con ello el sofocamiento de ríos que pondrán en peligro a flora y fauna (nativxs includídxs) con el aumento de las represas para las centrales hidroeléctricas a nivel mundial. También el aumento del extractivismo repotenciando el del Coltán y del Litio para todos los aparatos “inteligentes” (smart). Y hablando de inteligente, ¿te has puesto a pensar por qué las nuevas tecnologías le han puesto ese nombre a su nueva oleada de inventos nocivos?, ¿acaso nos quieren decir que quien no se acople a lo inteligente (smart), no será inteligente o también nos llamarán primitivxs que para su lógica super civilizada es lo mismo?

Y por supuesto que la tecnología tarde o temprano mostrará su supuesta solución a las nocividades que nos impondrán, de hecho ya están en camino, y en este caso su supuesta solución es la Geoingeniería, que es en resumen las herramientas biotecnológicas para manipular el clima al esperado antojo de las tecnologías con el argumento que lo harán para aminorar sus nocividades. Pero su verdadero objetivo es el de perpetuar sus nocividades y normalizarlas aún más, ya bajo la premisa de la sostenibilidad que tanto ha calado hasta en lxs más radicales “ecologistas” y sus “Fair”Phone entre otros.

Copiaremos algunos artículos y documental que hablan al respecto, aunque tienen una lógica ciudadana (alienada y reformista) pero sirven como material de conocimiento de esos proyectos nocivos ya que manejan amplia documentación debido a que tienen alianzas con algunos partidos o movimientos ciudadanos.

 

Geoingenieros realizan prueba de ingeniería planetaria en Australia

 

En una acción inusitada, un pequeño grupo de geoingenieros australianos violó una moratoria internacional contra la geoingeniería. Para disimular la falta, presentaron esta tecnología de geoingeniería —blanqueamiento de nubes para reflejar la energía solar— como si fuera un plan para salvar la Gran Barrera de Coral

El experimento, realizado por investigadores de la Universidad de Southern Cross en Nueva Gales del Sur, se presenta como un intento de reducir las temperaturas locales del océano y frenar el blanqueamiento de los arrecifes de coral. Pese a ser en pequeña escala, la prueba sienta un precedente muy peligroso para legitimar el despliegue de tecnologías de geoingeniería solar, que podrían tener efectos altamente perjudiciales e impredecibles sobre el clima.

A primera vista, no parece gran cosa: unos cuantos tecnólogos en un barco frente a la costa oriental de Australia, probando un ventilador que sopla niebla de agua marina hacia el cielo. Sin embargo, las pruebas de tecnologías de geoingeniería como ésta son parte de una avanzada global para implementar la manipulación tecnológica del clima. Daniel Harrison, líder del proyecto, ha estado promoviendo propuestas de geoingeniería durante casi una década. Este experimento fue financiado con recursos gubernamentales y ya se han programado más ensayos, también con financiamiento público.

“La banda de geoingenieros que impulsan estas peligrosas tecnologías ha intentado realizar pruebas de geoingeniería solar al aire libre por años, y hasta ahora lo lograron, durante una pandemia”, dice Silvia Ribeiro, directora del Grupo ETC para América Latina. “El giro que le dieron, presentar su intento como una forma de salvar los arrecifes de coral, no está probado en absoluto y los datos que pueden reunir con este experimento son mínimos, pero la historia subliminar es que existen “soluciones” tecnológicas para el cambio climático, que permitirán a las empresas de combustibles fósiles seguir extrayendo e incluso crear nuevas oportunidades de ganancia”.

La técnica probada en Australia se llama “blanqueamiento de nubes marinas”. Se basa en la idea de que el agua de mar rociada en las nubes aumentará la cantidad de luz que reflejan de vuelta al espacio. Si se desplegara a escala masiva, en teoría la técnica reduciría la temperatura, pero también podría tener efectos negativos a nivel local, regional y mundial.

Las técnicas de geoingeniería solar, también conocidas como gestión o manejo de la radiación solar, podrían causar sequías y alteraciones climáticas en otras regiones del mundo si se despliegan a gran escala. Los estudios de modelización muestran que, por ejemplo, si el blanqueamiento de nubes marinas se desplegara en California, donde se está llevando a cabo otro proyecto similar al de Australia, podría causar sequías en el Amazonas. Ésta es la razón, entre otras, por la que 193 países que forman parte del Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) acordaran una moratoria sobre la geoingeniería en 2010.

“Este experimento a campo abierto contraviene la moratoria del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en materia de geoingeniería”, dice Neth Daño, co-directora ejecutiva del Grupo ETC,. “Australia, como parte del CDB, tiene la obligación de respetarlo y asegurar la aplicación en su territorio. Es imprudente que cualquier gobierno ignore los riesgos potenciales de la gestión de la radiación solar e ignore las deliberaciones en curso en la ONU sobre la necesidad de una gobernanza multilateral antes de llevar a cabo experimentos en el mundo real”.

Geoingeniería disfrazada

Ni la geoingeniería ni el intento de enfriar el planeta se mencionan en el comunicado de prensa oficial de la Universidad de Southern Cross, tampoco en la mayor parte de la cobertura. Sin embargo, el líder del equipo, Daniel Harrison, incluye dentro de sus temas de investigación “la ecoingeniería y la geoingeniería”. Harrison ha investigado varias técnicas de geoingeniería durante casi 10 años. En 2012, Oil Gas Daily citó el artículo de Harrison sobre el cálculo de de cuánto carbono podría aislarse mediante fertilización del océano con hierro (una técnica totalmente distinta del blanqueamiento de nubes, que busca alterar el medio ambiente marino).

En su libro After Geoengineering, Holly Jean Buck, otra promotora de la geoingeniería, señala que “asociar el blanquemiento de nubes con la geoingeniería dificultó la construcción y prueba” de equipos para la investigación de esa técnica. Para documentar su queja, Buck explica que un líder del Proyecto de Blanqueamiento de Nubes Marinas con sede en California dijo de los financiadores: “ya se dieron cuenta de que esto es geoingeniería, ahora tendremos que conseguir la aprobación.”

Australia no parece tener la misma sensibilidad con respecto al financiamiento de las investigaciones de geoingeniería. Según el Instituto de Ciencias Marinas de Sydney, las pruebas fueron financiadas por los gobiernos de Queensland y de Australia como parte del “desafío para impulsar la abundancia de corales”, y está previsto que las futuras pruebas de blanqueamiento de nubes marinas se financien a través de la misma iniciativa.

“En Australia, los geoingenieros han encontrado una manera de conseguir financiamiento y aprobación para sus proyectos, afirmando que podrían salvar la Gran Barrera de Coral y ocultando el objetivo final de las tecnologías que están desarrollando”, dice Neth Daño.

Sobre el blanqueamiento de nubes marinas y la geoingeniería

El calentamiento de los mares es sólo una de las varias causas del blanqueamiento de los corales. La acidificación de los océanos, la mala calidad del agua debido al escurrimiento de sedimentos, la contaminación procedente de la agricultura, la acuicultura, los desarrollos costeros e industriales son todos factores de la destrucción de los corales que este experimento no toma en cuenta. La geoingeniería solar no hace nada para abordar el gran problema de la acidificación del océano, que se debe a que los océanos absorben el exceso de CO2 de la atmósfera.

“Al proporcionar una coartada técnica a la industria de los combustibles fósiles para continuar con las emisiones de CO2, la geoingeniería exacerbaría en todo caso la acidificación y por tanto la destrucción de los arrecifes de coral a nivel mundial”, dice Ribeiro. “Para abordar realmente el problema, necesitamos reducciones drásticas de las emisiones de CO2, no remiendos técnicos distractores y de alto riesgo”.

El blanqueamiento de nubes marinas es una de varias propuestas de geoingeniería solar. Los esquemas de geoingeniería solar buscan reflejar la luz solar de vuelta al espacio para contrarrestar los efectos de atrapamiento de calor de los altos niveles de CO2 en la atmósfera. La ingeniería solar está asociada con un profundo riesgo e incertidumbre, incluyendo mayores perturbaciones del clima global, efectos de retroalimentación desconocidos e inundaciones y sequías en el sur global. A los críticos les preocupa que pueda ser utilizada como arma por países poderosos para promover agendas geopolíticas.

Las empresas de combustibles fósiles han financiado durante décadas la investigación de geoingeniería solar. Más recientemente, el Fondo para la Investigación Innovadora del Clima y la Energía (FICER, por sus siglas en inglés) respaldado por Bill Gates, ha financiado investigaciones de geoingeniería solar, incluyendo el Proyecto de Blanqueamiento de Nubes Marinas con sede en California. Esa iniciativa puede tener vínculos con el grupo australiano, pero aún no ha realizado pruebas de campo por su cuenta.

Oposición y moratoria internacional

La geoingeniería se ha enfrentado durante mucho tiempo a una fuerte oposición basada en el hecho de que no aborda las causas fundamentales de la crisis climática y proporciona una excusa para que los gobiernos con altas emisiones eviten enfrentarse a la destructiva industria de los combustibles fósiles y sus crecientes emisiones de CO2.

La moratoria internacional de las Naciones Unidas establece que no se deben llevar a cabo actividades de geoingeniería “mientras no exista un mecanismo regulatorio y de control de base científica, global, efectivo y transparente” en salvaguarda del principio precautorio. La decisión, aprobada por el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) en 2010, permite excepciones para “experimentos en pequeña escala” con varias condiciones, entre ellas que se lleven a cabo en “entornos controlados” —lo que no fue el caso en Australia.

 

Geoingeniería amenaza los océanos

 

Riesgosos proyectos de geoingeniería se llevan a cabo violando moratoria de la ONU

Boletín de prensa colectivo: Campaña HOME, Fundación TERRAM, GRupo ETC, fundación Heinrich Boell y Amigos de la Tierra Australia.

MONTREAL, SIDNEY, UTQIAGVIC y SANTIAGO.- En el Día mundial de los océanos, miembros de una coalición global de195 organizaciones de 45 países suenan la alarma por la amenaza de la geoingeniería a los ecosistemas que sustentan la vida en todo el planeta. La campaña ¡No manipulen la Madre Tierra! (Hands Off Mother Earth -HOME, por sus siglas en inglés) llamó hoy a la sociedad civil y a las autoridades de los gobiernos de todo el mundo a oponerse radicalmente a los experimentos de geoingeniería marina.

Recientemente se anunció la primera prueba de una técnica de geoingeniería solar a cielo abierto en Australia, un ejemplo de los distintos tipos de geoingeniería que podrían ocasionar daños permanentes a los ecosistemas si llegaran a desplegarse. Sin embargo, el experimento de Australia no es el único que establece un precedente tan peligroso.

Los geoingenieros desafían descaradamente la moratoria acordada en la Organización de las Naciones Unidas —dice Silvia Ribeiro del Grupo ETC. La industria de los combustibles fósiles promueve este tipo de proyectos a gran escala, para poder continuar con la extracción y las emisiones de dióxido de carbono, lo que implica un gran peligro a los océanos del planeta

Organizaciones de la Sociedad civil levantan la voz: los experimentos presentan peligros locales y globales

La geoingeniería es un conjunto de técnicas basadas en la premisa de que es posible intervenir y manipular a gran escala los sistemas planetarios en vez de reducir las emisiones de gases para evitar aumentos catastróficos de la temperatura atmosférica. Tales técnicas incluyen una variedad de procedimientos cuya eficacia no está comprobada, para bloquear la luz del sol o rebotarla de regreso al espacio, o para retirar dióxido de carbono de la atmósfera.

La geoingeniería se propone manipular el clima global y se presenta como alternativa a la reducción drástica de las emisiones sin enfrentar las causas del cambio climático — afirmó Silvia Ribeiro. Realizar megaproyectos que podrían cambiar la dinámica o química de los océanos es una empresa de alto riesgo con serias incertidumbres acerca de sus impactos en los ecosistemas marinos.”

Instrumentar remiendos técnicos de alto riesgo es un enfoque que avanza a pesar de oposición global y llamados internacionales a tratar la geoingeniería marina con extrema precaución. El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) asumió una moratoria sobre fertilización oceánica en 2008 y una moratoria sobre todas las formas de geoingeniería (incluida la investigación a cielo abierto) en 2010 [1]. El Protocolo del Convenio de Londres adoptó una prohibición sobre la fertilización oceánica en 2013. Las pruebas a cielo abierto de la geoingeniería solar en Australia establecen un precedente particularmente peligroso, abriendo paso al uso de una tecnología riesgosa que si se despliega a gran escala podría afectar otras regiones e incluso los ecosistemas oceánicos que los investigadores aseguran que están tratando de proteger.

De forma consistente, el gobierno de Australia se ha alineado a los intereses de las compañías de combustibles fósiles al promover soluciones falsas para el cambio climático como las que siempre propone la industria —explica Louise Sales, del proyecto sobre Tecnología Emergente de Amigos del a Tierra Australia. El experimento de gestión de la radiación solar que se planea en la Gran Barrera de Coral no es la excepción, pues entraña enormes riesgos. Para enfrentar verdaderamente el cambio climático, necesitamos serios cortes a las emisiones de CO2, y no remiendos técnicos que nos distraigan.

Este Proyecto en Australia asegura que protegerá la Gran Barrera de coral, pero la geoingeniería no enfrenta las causas principales de la destrucción de los corales (acidificación oceánica y contaminación de las costas). El proyecto está conectado a un equipo de geoingeniería que ha estado trabajando para desplegar la misma técnica de blanqueamiento de nubes en las cercanías a Monterrey Bay en California.[2]

Ha habido intentos para probar las técnicas de fertilización oceánica en las costas de Chile y Perú que también contravienen al Convenio de Londres y la moratoria del CDB: Oceaneos, organización conectada con anteriores experimentos ilegales en Canadá, presenta sus actividades como “siembra oceánica”, argumentando que se trata de un método para aumentar las reservas de peces.

Rechazamos que se intente usar la degradación de los ecosistemas o supuestas mejoras a las pesquerías como excusa para justificar el avance de la geoingeniería marina. Esos experimentos violan la moratoria internacional, y hay evidencia científica que indica que los riesgos e impactos son mucho más grandes que los supuestos beneficios, afirmó Samuel Leiva de Terram, Chile.

La geoingeniería implica numerosos riesgos ambientales, geopolíticos y económicos que afectarían al mundo de formas diferenciadas, favoreciendo a empresas e individuos que ya lucran con el cambio climático. Pequeños experimentos en la tierra, [3] el océano o el aire, [4] no resultan en información sobre los impactos de la geoingeniería en el clima o en los sistemas ecológicos. En vez de ello, los proyectos funcionan como punta de lanza para abrir paso a experimentos e inversiones mayores para que los experimentos de geoingeniería se adopten a gran escala.

Los océanos y los mares son cruciales para las comunidades y para la vida en el planeta. Hoy la campaña HOME renueva su llamado a detener todos los experimentos de geoingeniería marina.

Breve información sobre algunos riesgosos experimentos de geoingeniería en ecosistemas marinos:

Experimento: Blanqueado de nubes marinas (rociar agua del mar hacia el cielo para abrillantar las nubes y que reflejen la luz del sol de vuelta al espacio) Quiénes lo promueven: Instituciones australianas y la Southern Cross University

Dónde: Aguas costeras cerca de Townsville, Australia Riesgos para los océanos: Si se realizara a macroescala, podría cambiar los patrones de precipitación regionales o incluso globales. Mayor acidificación del océano y mayor contaminación costera de los arrecifes de coral podrían sobrevenir por el uso ininterrumpido de combustibles fósiles.

Experimento: Distribuir millones de micro-burbujas de cristal sobre el hielo del ártico para rebotar la luz del sol y ralentizar su derretimiento en los meses cálidos.

Quién lo promueve: Ice911 project Dónde: Utquiagvik (antes Barrow), Alaska y Winnipeg, Canadá Riesgos para los océanos: Posibles cambios a los patrones climáticos, precipitación y corrientes marinas; efectos desconocidos de las micro-burbujas sintéticas si entran en la cadena alimentaria, inhibición potencial del crecimiento de flora que perturbe las cadenas tróficas marinas, acidificación del océano por el uso continuado de combustibles fósiles.

Grupos indígenas de esta región se oponen al experimento y están cuestionando los impactos potenciales de la inhalación de las micro-burbujas.

Experimento: Fertilización oceánica (estimular el crecimiento del plankton para que secuestre carbono, pero esto es hipotético.

Quién lo promueve: Oceanos

Dónde: Aguas costeras de Chile y Perú

Riesgos para los océanos: Des-oxigenación que crearía “zonas muertas”; crecimiento potencial de algas tóxicas y remoción de nutrientes del agua que perturbaría los ecosistemas a lo largo de las corrientes.

Experimento: Surgencia artificial (traer agua de lo profundo océano, rica en nutrientes, a la superficie de las aguas costeras, para estimular el crecimiento del plankton, lo que hipotéticamente absorbería CO2).

Quién lo promueve: GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research, Alemania. Dónde : Aguas costeras de Callao, Perú.

Riesgos para los océanos: Liberación potencial de CO2 almacenado en el océano profundo, posible incremento de la acidificación océanica, disrupción de la red alimentaria marina y las pesquerías.

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Para mayor información sobre geoingeniería, visite Monitor de geoingeniería, GeoengineeringMonitor.org

Contactos:

Samuel Leiva, Terram, Chile, sam.leivag@gmail.com

Silvia Ribeiro, Grupo ETC, México, silvia@etcgroup.org

Louise Sales, FOE Australia, louise.sales@foe.org.au

Linda Schneider, Heinrich Boell Foundation, Alemania, schneider@boell.de

Notas

[1] Los experimentos para verter partículas de hierro y otras substancias al mar, para probar la fertilización (una forma de geoingeniería marina) comenzaron a realizarse en 1998. Muchos estudios científicos que expusieron sus impactos y su falta de eficacia para capturar carbono se han publicado desde entonces. Desde 2007, protestas y oposición global a la geoingeniería por parte de la sociedad civil y movimientos sociales han aumentado significativamente. Como resultado, el Convenio de Londres sobre la Prevención de la Contaminación Marina y el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica adoptaron una moratoria sobre fertilización oceánica en 2008.

El Protocolo del Convenio de Londres fue más allá, adoptando una prohibición sobre la fertilización oceánica en 2013. Una moratoria sobre todas las formas de geoingeniería (incluyendo experimentos a cielo abierto a menos que cumplieran con criterios estrictos) se adoptó en el CBD en 2010. En 2012, Russ George, apodado el geoingeniero deshonesto, condujo un experimento por el que no fue sancionado, que consistió en arrojar más de 90 toneladas de partículas de hierro al Océano Pacífico en los territorios Haida Gwaii en costas de Canadá. El gobierno canadiense se opuso posteriormente a esta acción y la prohibió, el experimento fue igualmente vituperado por la Nación Haida. En 2016, el Convenio sobre la Diversidad Biológica reafirmó su moratoria.

No obstante, el respaldo de poderosas industrias de combustibles fósiles y algunos multimillonarios continúan alentando los experimentos al aire libre, en violación de la moratoria global.

[2] El blanqueamiento de nubes se explica en el texto El gran fraude climático, del Grupo ETC y la Fundación Boell, página 93.

[3] Experimentos de geoingeniería en tierra se explican en el texto El gran fraude climático, del Grupo ETC y la Fundación Boell, página 44.

[4] Experimentos de geoingeniería en el aire, como Scopex, se explican en el texto El gran fraude climático, del Grupo ETC y la Fundación Boell, página 90.

 

La geoingeniería contra el cambio climático | DW Documental

 

https://invidious . snopyta . org/watch?v=3LaLUREx8lg

Ingenieros e investigadores quieren intervenir en los ciclos geoquímicos de la Tierra, pues las emisiones de CO2 no se reducen lo suficientemente rápido para impedir el punto de no retorno. La geoingeniería, ¿arrogancia humana o la solución?

Algunos científicos creen que tenemos que explorar tecnologías radicales y quizá peligrosas para, en un futuro cercano, ser capaces de disminuir la temperatura de la Tierra mediante la geoingeniería o ingeniería climática.
El periodista científico Ingolf Baur analiza la viabilidad y los riesgos de los principales proyectos de geoingeniería. Entrevista a investigadores en Suiza, Islandia, Estados Unidos y Perú. Y con ellos, presenta dos estrategias radicalmente opuestas: unos quieren capturar el CO2 de la atmósfera y enterrarlo en el subsuelo o en las profundidas marinas. Otros, y esta es la estrategia más polémica, quieren desarrollar tecnologías para atenuar la luz del sol.
El cambio climático ha avanzado tanto que se están desprendiendo crestas enteras de montaña como el Moosfluh, en el glaciar Aletsch. Esto podría aumentar la presión para aplicar medidas de geoingeniería.
El defensor más destacado de este enfoque es David Keith, de la Universidad de Harvard, que quiere sondear las posibilidades de la geoingeniería solar en experimentos iniciales. Su idea: flotas de aviones que viertan millones de toneladas de azufre en la estratosfera. Esta sustancia reflejará parte de la luz del sol de vuelta al espacio. Por muy osado que parezca este método, no es más que lo que ocurre en erupciones volcánicas.
¿Realmente estamos aún a tiempo de expulsar los gases de efecto invernadero de la atmósfera? En Islandia un grupo de investigadores emplea un procedimiento especial para filtrar dióxido de carbono del aire y bombearlo a 2000 metros de profundidad en la roca basáltica. La sorpresa es que tras algunos meses, el CO2 experimenta una reacción química y se solidifica. Así, se neutraliza al mayor enemigo del clima. Las cantidades con las que trabajan son aún muy reducidas, pero la evidencia demuestra que por muy controvertidos y arriesgados que puedan ser algunos métodos de geoingeniería, al final probablemente necesitemos recurrir a la tecnología para impedir, o al menos mitigar, el colapso climático.

 

Más artículos sobre Geoingeniería en :

https://www . etcgroup . org/es/issues/climate-geoengineering