Pronto, al hablar de tecnologías moviles nos referiremos a la totalidad de las TIC y no al teléfono móvil, cada vez más la movilidad es un valor por sí mismo, valor social, empresarial y económico. En breve, lo que eran los PC fijos, quedarán arrinconados y aunque conserven la forma, serán básicamente artefactos conectados, sin importar cómo y dónde se hace la conexión.
Hablamos de rechazar en un sentido no-penitencial, no somos pecadores con un aparato electrónico blasfemo en el bolsillo, somos habitantes de un mundo infernal donde en el papel de trabajadores, consumidores, súbditos, estamos obligados a llevar un artilugio en el bolsillo, igual que a nuestros padres les hacían llevar la cédula de identidad (¿para cuando un DNI en el móvil?), la fe de bautismo y otros documentos. No somos culpables por llevarlo, pero hemos de tener claro que estos aparatos, que harían temblar de envidia a Fernando VII introductor del documento de identidad, no son facilitadores de la vida, ni herramientas de comunicación, son eficien-tes recolectores de datos (por esto son tan valiosos, por esto WhatsApp vale la burrada de euros que vale, por los datos de sus millones de usuarios). El DNI se limitaba al lugar de nacimiento, el nombre de los padres, la edad, el oficio, el domicilio y estado civil, cualquier servicio de la red tienen muchos más datos (incluso si haces trampa y te registras con otro nombre).
Nuestros padres y abuelos, que solo llevaban el DNI en el bolsillo tenían muchas cosas muy claras, y en cuanto podían quemaban los registros civiles y eclesiásticos. Nosotros con nuestros artefactos co-nectados en el bolsillo, ¿que podremos quemar?.
1.-Los móviles son nocivos para nuestras relaciones sociales.
Un organismo servil ante las corporaciones, como es el Ministerio de Sanidad, declaraba, en un informe reciente, que una de cada cuatro personas (un 25%) tiene problemas con las tecnologías de la información y las comunicaciones, son “adictas”. Nos quieren hacer creer que “ellos” no fomentan esta adición, cuando lo que les preocupa no es la adicción sino la baja productividad de los adictos.
En el Estado Español casi un 90% de la población utiliza medios de “comunicación” móviles cada día, y consumen unas tres horas en estas actividades. Si se suman otros artilugios se llega al alucinante pe-ríodo de más de 4 horas ante pantallas y pantallitas (más del 25% de la vida en vigilia).
Es cierto que estamos intoxicados, que nunca habíamos tenido tanta información ni habíamos emitido tanta, quizás lo que no alcanzamos a ver el la relevancia (o irrelevancia) que tiene todo lo que recibimos y emitimos, ni cuál es la parte a la que no tenemos acceso.
En este tema, la cantidad y calidad de la infor-mación, es interesante considerar la fractura digital inversa que se ha detectado entre los jóvenes de los EUA. Hay una correlación inversa entre los ingre-sos/nivel de estudios de un hogar por una parte y por otra el número de horas que los jóvenes pasan ante los medios digitales (TV, teléfono, videojuegos on-line, internet…). Los niños y niñas de los ho-gares con menos recursos pasan diariamente una media de 90 minutos más ante las pantallas que los de los hogares más acomodados, y esto es inde-pendiente del ancho de banda o de la modernidad de los equipos, este aspecto de la fractura digital se mide en tiempo “malgastado”. Una cosa análoga a la obesidad, que ha pasado de enfermedad de ricos a enfermedad de pobres, estamos pues ante una “obe-sidad digital”.
sí igual que la obesidad física está creciendo vertiginosamente en los países no desarrollados, especialmente en los emergentes, la obesidad digi-tal parece también estar expandiéndose de una ma-nera parecida. En un estudio de CISCO, realizado entre jóvenes formados, básicamente universitarios, de entre 18 y 30 años, (CISCO Connected World Technology Report) se puede ver como los jóvenes de los países emergentes, se relacionan más con los amigos mediante las TIC que directamente (China 69%, Méjico 64%, India 56%, Brasil 48%…) que mu-chos de los países más ricos (Japón 30%, Holanda 29%, Alemania 18%…). A pesar de esto, la relación directa, no mediatizada por los aparatos, es mayo-ritaria en muchos países (Rusia 64%, Polonia 56%, Alemania 53%, Francia 50%…).
2.-Los móviles son nocivos para los trabajadores
Se ha forjado un mito alrededor de la industria de las TIC, el mito de unas empresas amigables, “postcapitalistas”, donde los trabajadores disfrutan de guarderías, comedores tipo gourmet, pueden te-ner sus bebés al lado de la mesa de trabajo y tienen un futbolín para rebajar tensiones durante la jorna-da laboral.
Si el reciente baile de millones alrededor de las empresas de la “nueva economía” o su colaboración con el control global de la NSA no fuesen suficien-tes, las empresas TIC muestran aquí y allá, a quien quiere ver, el mismo rostro inhumano y depredador del capitalismo de todos los tiempos. Subcontratas en cascada que terminan en las grandes factorías de los países emergentes. Así Apple, tiene entre sus contratistas habituales jornadas de más de 60 horas semanales, frecuentemente más de 6 días consecuti-vos, las horas extras no se pagan como tales… Nada inusual en la explotación capitalista, pero tampoco nada mejor o diferente.
El sector de las tecnologías de la información y la comunicación parece no ser tan sensible a la crisis como otros, se supone que el 2012 vendió productos y servicios por valor de 2,8 billones de euros en todo el mundo, un 3% más que los 2,7 del año anterior.
En el Estado español la situación no es tan bue-na, pero resisten, así entre el 2010 y el 2011 el sec-tor perdió un 5% de su valor en bolsa, pasando de 89.000 millones de euros a 85.000 millones, pero las 10 primeras empresas en facturación crecieron en conjunto un 4%.
El sector Tic es, per se, un sector basado en la ex-plotación de una mano de obra altamente cualifica-da, a menudo autónomos, subcontratados o contratados temporales, en toda España trabajan 386.000 personas, por tanto a cada persona le corresponde un “valor” de 220.000€ son unos trabajadores supe-rrentables.
La mayor parte de las grandes empresas TIC asentadas en España son multinacionales con sede central en otro país, hay una excepción notable: IN-DRA, que es la cuarta empresa del sector por fac-turación y la primera si excluimos a los operadores telefónicos (Telefónica-Movistar, Vodafone y Oran-ge).
Como indicador del “buen ambiente laboral” rei-nante en estas empresas, a raíz de una denuncia del sindicato CGT, recientemente han sido condenadas HP y 13 empresas subcontratistas a 290.000€ de multa por actividades de prestamismo laboral, HP como receptora y las otras como ETT’s mafiosas al servicio de la primera.
3.-Los móviles son nocivos para nuestra salud
No nos referimos aquí a todas las destrucciones que se producen durante la fabricación de un apara-to de telefonía ni a su etapa como residuo, sino a los efectos directos sobre la salud física de las personas obligadas a usarlos.
El impacto más grande de los aparatos móviles sobre la salud, es la emisión de ondas electromagné-ticas. Hay mucha controversia al respecto, por una parte pocas instituciones científicas dedican fondos al estudio de riesgos y por la otra el lobby de la po-derosa industria de las TIC derrocha todo tipo de recursos para tapar y evitar cualquier dato contra-rio.
A pesar de los esfuerzos para evitar toda sospe-cha, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC, http://www.iarc.fr), un organismo dependiente de la OMS ha clasificado los campos electromagnéticos de las radiofrecuencias como posible carcinógeno para los seres humanos (grupo 2B) basándose en un mayor riesgo de aparición del glioma (un tipo de cáncer cerebral maligno).
Así pues, los teléfonos móviles tienen, como mí-nimo, el riesgo de ser nocivos para la salud. Esta nocividad se mide mediante la “tasa de absorción especifica” (SAR en sus siglas inglesas) que es una medida de la potencia máxima en que un campo electromagnético de radiofrecuencia es absorbido por un tejido vivo. Se define como la potencia ab-sorbida por una masa de tejidos y se mide en va-tios por kg (w7kg), es muy utilizada en telefonía. El SAR es específico para cada modelo de móvil (su forma, uso, potencia, construcción….). Como es un indicador del potencial nocivo de las emisiones, muchos gobiernos han regulado el SAR, en los EUA el máximo de inmóvil es de 1,6w/kg y en la UE de 2w/kg.
¿Habéis visto alguna vez este dato en la publici-dad y en los manuales de los teléfonos móviles? En la tabla que sigue está el SAR de algunos modelos usuales, la Oficina Federal para la Radiación en Ale-mania (Bundesamt für Strahlenschutz) publica los SAR de más de 2.000 modelos, a continuación po-nemos un tabla de la SAR de modelos usuales.
MODELO DE TELÉFONO SAR w/kg
Sony Xperia U 1.62
Nokia Lumia 820 1.28
Nokia Lumia 920 0.93
Apple iPhone 5 0.90
BlackBerry Z10 0.87
HTC One 0.86
Google Nexus 4 0.55
Sony Xperia Z 0.55
LG Optimus G 0.43
Samsung Galaxy S3 0.34
Samsung Galaxy Note 2 0.18
Sólo un modelo supera el límite de la legislación de los EUA y ninguno el de la UE, hay que decir que estos límites son muy discutidos, especialmente en los efectos a largo plazo, muchas voces los consideran excesivamente altos.
4.-Los móviles destruyen la tierra.
La mayor parte del impacto de un teléfono mó-vil se produce durante la fabricación y, sobretodo, en la obtención de las materias primas necesarias, este impacto está alrededor el 70% de su huella de carbono.
Los artilugios móviles son objetos complejos, en los que participan una gran variedad de materiales, muchos de ellos en cantidades muy pequeñas. Es-tán muy organizados, de hecho un chip procesador contiene hoy en día unos 1.400 millones de transis-tores (Intel Core Ivy Bridge) estas arquitecturas de 22 nanómetros suponen uniones muy íntimas entre materiales y requieren una gran cantidad de energía para organizarlas.
En la composición de un móvil entra una gran diversidad de materiales y las proporciones decla-radas varían mucho según las fuentes de la infor-mación, el modelo y la antigüedad. Así los móvi-les más antiguos tenían hasta un 70% del peso en plástico, mientras que los smartphones de línea más moderna sólo un 3%, por el contrario la cantidad de vidrio ha pasado del 15% al 30%, el cobre se man-tiene estable alrededor del 15% y toda la retahíla de componentes minoritarios (estaño, zinc, plata, cro-mo, tantalio, cadmio, plomo…) no es muy conocida (depende de circuitos y conexiones) pero están a ni-veles bajos, generalmente por debajo del 1%.
Para extraer todos estos materiales se precisa una actividad minera cada vez más intensa. La minería moderna, sobretodo la que se practica en países pe-riféricos es extraordinariamente destructiva. Tene-mos el caso de la mina sevillana a cielo abierto de “Cobre las Cruces”, que ha contaminado con arsé-nico los acuíferos y pozos de la zona. El cobre como hemos visto es un componente importante de los teléfonos móviles.
Otro ejemplo es el oro, los móviles tienen una cantidad de oro variable, que algunos informes si-túan en los 0,5 gramos, pero que generalmente se sitúa en niveles más bajos, pongamos, a modo de ejemplo que contiene 25 miligramos de oro.
Según los opositores a la minería de oro en Chile, para extraer un gramo de oro es necesario mover 4 toneladas de roca, consumir 380 litros de agua, 3,6kWh de electricidad, 2 litros de gasoil, 1.1 kg de explosivos y 850 gramos de cianuro de sodio. O lo que es lo mismo, para obtener los 25 mg de oro del móvil se necesita mover 100kg de roca, consumir 10 litros de agua, 90 wh de electricidad, 5 centilitros de gasoil, 28 gramos de explosivos y 21 gramos de cianuro de sodio.
Lo mismo (o quizás peor) lo podríamos repetir para todos los metales si dispusiésemos de la infor-mación necesaria, los resultados serían toneladas y toneladas de materiales secundarios malgastados, toneladas de rocas trituradas formando escombre-ras yermas, como las de Rodalquilar en Almería, metros cúbicos de agua contaminada, MWh consu-midos, agujeros gigantes de la minería a cielo abier-to…
Aunque sea un tema del que ya se ha hablado mu-cho, es imprescindible citar el tantalio, el elemento estratégico por excelencia del siglo XXI, el tantalio permite a los circuitos electrónicos trabajar a altas temperaturas y es imprescindible en cualquier arte-facto que utilice elementos microelectrónicos, des-de el móvil más sencillo al dron más sofisticado.
El tantalio es un elemento escaso, que se extrae de un mineral llamado coltán, hay poco, la mayor parte de las reservas conocidas (es muy probable que las haya secretas) se encuentra en RD del Con-go, también en Brasil y en Sierra Leona. Los estados dominantes acumulan reservas estratégicas de este mineral cara a una posible escasez futura.
El mercado del coltán (el legal y el “negro”, el afri-cano y el de otros países) ha dejado en las desdicha-das personas que viven en las zonas de producción, explotación brutal, contaminación del medio, des-trucción de la tierra, violencia y guerras. A pesar de todo el mercado del coltán no se diferencia de un modo significativo del resto de los mercados, quizás un poco en su intensidad.
Alrededor del tantalio y de otras materias primas se construyeron las dos guerras del Congo, sobre-todo la segunda, llamada también Guerra Mundial Africana, en la que participaron 9 estados y que pro-vocó 3.800.000 muertos la tercera guerra más letal de la historia, la tercera guerra mundial.
5.-Los móviles atacan el clima.
Los trastos electrónicos móviles tienen un im-pacto importante sobre el balance de carbono del planeta, según el tipo y uso. El uso del teléfono su-pone un 14% de su huella de carbono, aunque los nuevos modelos, con sus grandes pantallas consu-men bastante más. Un móvil viene a emitir unos 18kg de CO2 a lo largo de su uso. Las tablets son más consumidoras, pueden llegar al 25% de su hue-lla y una emisión de 180kg de CO2.
Además hay que tener en cuenta que su uso lle-va aparejado toda una gran red de servidores y de centros de proceso de datos que son grandes con-sumidores de energía y que con la generalización de la “nube” la cosa va a más. La nube a servido para optimizar una parte del consumo energético, no se tiene una máquina subutilizada, pero por otra parte al trasladar la computación a otra parte aumenta las necesidades de cálculo y el consumo energético de la red no para de crecer.
Los grandes monstruos corporativos son muy celosos y secretistas de la información de sus acti-vidades, de hecho, a pesar de que la actividad de las redes ha crecido exponencialmente, el porcentaje de emisiones correspondiente a las TIC se mantie-ne más o menos estable alrededor del 2%-2,5% del total.
De hecho nadie sabe con certeza el número de servidores de Google (se dice que ha superado los 2 millones, pero hay quien considera que tiene 3 o más), Microsoft también a llegado a las 7 cifras y ha superado el millón y es posible que en breve llegue a los 2, el mismo camino llevan los otros “grandes”, Amazon, Yahoo, Facebook…
A escala mundial el número de servidores (es-timado a partir de la superficie de los Centros de Procesamiento de Datos) se situaba en el 2011 en los 881 millones, desde 2011 había aumentado seis veces su número.
Se calcula que el consumo energético de la nube era en 2007 de 623 billones de kWh (billones ame-ricanos) y que en el 2020 será de 1.934 billones, esto implica un crecimiento en el consumo, y por tanto en las emisiones de gases de efecto invernadero del 200%, en total en 2020, 1.043.000 toneladas de CO2.
6.- Y otras muchas cosas que también se deberían tratar.
La generación de residuos, estrechamente vin-culada a la vida útil del aparato. En los teléfonos móviles ahora mismo se sitúa en 8 meses en Japón, 15 meses para Europa y 18 meses en EUA, esta ob-solescencia no está programada técnicamente sino, sobretodo, socialmente, en menos de una año cada empresa saca un modelo nuevo que no es diferente técnicamente de una manera significativa, pero que da un prestigio social superior a los modelos ante-riores.
En el 2013 se vendieron 1.800 millones de mó-viles nuevos, esto quiere decir que entre finales de 2014 y medianos de 2015 un número pareci-do pasará a ser chatarra electrónica. En el período 2009/2013 se vendieron en el mundo 398 millones de tablets y 8.206 de móviles, en total 8.601 millo-nes de aparatos conectados a la red. Estos 8.601 millones de aparatos (más de uno por habitante del planeta), podemos considerar que han generado un número parecido, o cercano, de aparatos obsoletos y rechazados, y evidentemente todos sus impactos asociados: residuos generados, contaminación y la fabricación de, al menos, un número parecido de sustitutos.
El impacto de esta rápida conversión en chatarra no es sólo importante en el aspecto de la generación de residuos, sino también en los de los 5 puntos an-teriores. Toda esta chatarra tanto al final de su vida, como en los diferentes períodos de esta, ha sido no-civa para las relaciones humanas, para los trabaja-dores, para la salud, para la tierra, para el clima…
¿LOS APARATOS MÓVILES CONTRA LA TIERRA?…
¡LA TIERRA CONTRA LOS APARATOS MÓVILES!
Extraído de la revista Libres y Salvajes 3